Cuantas hojas de historia pueblerina Ocultan los rincones de mi escuela en registros de folios amarillos y pliegues de banderas desteñidas.
Llegan ecos de voces hoy perdidas algunas de maestros ya olvidados algunas de muchachos buyanqueros correteando en sus patios y pasillos.
Mas, no como un castillo de fantasmas con hierros rechinantes y empolvados sino un trozo de vida renovada cada día con tus gritos niño mío.
Tu presencia y anhelo la mantienen siempre fresca, pujante y animosa igual que en mi jardin los brotes nuevos hacen ver juvenil la añosa parra.
¡Esa es tu escuela muchacho, no olvides ella espera de tí sólo dos cosas que el saber culminen tus dondes y que tus manos rincones no maltraten!
Gustavo Aravena, ex Director.
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